jueves, 23 de junio de 2016
Así
mismo, por cada Zona, las FARC-EP, designa un grupo de 10 de sus integrantes
que puede movilizarse a nivel municipal y departamental en cumplimiento de
tareas relacionadas con el Acuerdo de Paz. Para estos
desplazamientos los integrantes de las FARC-EP cuentan con las medidas de
seguridad acordadas con el Gobierno Nacional.
En los campamentos no habrá ni
podrá ingresar población civil en ningún momento.
Durante la vigencia de las
zonas se suspenderá el porte y la tenencia de armas para la población civil
dentro de dichas Zonas.
En caso de presentarse dentro
de una Zona algún hecho o circunstancia que requiera la presencia de la Policía
Nacional o cualquier otra autoridad armada del Estado se hace informando al
Mecanismo de Monitoreo y Verificación, para que coordine el ingreso de acuerdo
con los protocolos acordados por el Gobierno Nacional y las FARC-EP.
La ubicación de los
campamentos dentro de las Zonas se hará de forma que el Mecanismo de Monitoreo
y Verificación pueda ejercer su función.
En desarrollo del proceso de
preparación para la reincorporación a la vida civil de sus combatientes, las
FARC-EP en coordinación con el Gobierno Nacional, podrán realizar dentro de las
Zonas todo tipo de capacitación de los integrantes de las FARC-EP en labores
productivas, de nivelación en educación básica primaria, secundaria o técnica,
de acuerdo con sus propios intereses, jornadas de cedulación y demás
actividades de preparación para la reincorporación y otras actividades
necesarias para facilitar el tránsito a la legalidad de las FARC-EP.
6. Zona de Seguridad
Alrededor de cada Zona se
establece una Zona de Seguridad donde no podrá haber unidades de la Fuerza
Pública, ni efectivos de las FARC-EP con excepción de los equipos de monitoreo
y verificación acompañados de seguridad policial cuando las circunstancias así
lo requieran. El ancho de la Zona de Seguridad será de 1 kilómetro alrededor de
cada Zona.
7. Seguridad
El Gobierno Nacional y las
FARC-EP definirán conjuntamente unos protocolos de seguridad, que permitirán,
de manera integral, minimizar las potenciales amenazas que pueden afectar o
vulnerar las personas y bienes comprometidos en el Cese al Fuego y Hostilidades
Bilateral y Definitivo y la Dejación de las Armas.
Las condiciones de seguridad
implementadas garantizarán la protección de los integrantes del equipo de
monitoreo y verificación, los miembros de las FARC-EP, los delegados del
Gobierno Nacional, la Fuerza Pública y demás intervinientes en el proceso. Así
como, la coordinación de los movimientos y los dispositivos en el terreno.
El Gobierno Nacional a través
de la Fuerza Pública continuará garantizando las condiciones de convivencia y
seguridad de la población civil durante este proceso.
8. Dejación de las Armas (DA).
Consiste en un procedimiento
técnico, trazable y verificable mediante el cual la ONU recibe la totalidad del
armamento de las FARC-EP para destinarlo a la construcción de 3 monumentos,
acordados entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.
La Dejación de las Armas por
parte de las FARC-EP se desarrollará en dos tiempos, denominados Control de
Armamento y Dejación de las armas, que integran los siguientes procedimientos
técnicos: registro, identificación, monitoreo y verificación de la tenencia,
recolección, almacenamiento, extracción y disposición final.
9. Procedimiento
Con la Firma del Acuerdo Final
inicia el proceso de Dejación de las Armas de las FARC-EP, que incluirá el
transporte del armamento a las zonas, la destrucción del armamento inestable, y
la recolección y almacenamiento en contenedores del armamento individual de
manera secuencial y en tres fases así: 1 Fase: D+90, el 30%; 2 Fase: D+120, el
30%; y 3 Fase: D+150, 40% restante, según la hoja de ruta (cronograma de
eventos) acordada por el Gobierno Nacional y las FARC-EP que guía el proceso
del Fin del Conflicto luego de la firma del Acuerdo Final.
Las FARC-EP contribuirá por
diferentes medios, incluyendo el suministro de información, con la limpieza y
descontaminación de los territorios afectados por minas antipersonal (MAP),
artefactos explosivos improvisados (AEI), y municiones sin explotar (MUSE) o
restos explosivos de guerra (REG) en general, teniendo en cuenta lo acordado en
los puntos 4 y 5 y lo que se acuerde en el punto de Reincorporación a la vida
civil en cuanto a la participación de las FARC-EP en la acción contra minas.
Para garantizar el control
efectivo del armamento en cada Zona se determinará un solo punto de
almacenamiento, dentro de uno de los campamentos, en donde estarán ubicados los
contenedores bajo el monitoreo y verificación permanente del Componente
Internacional del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, de acuerdo con los
protocolos concertados entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.
Recibido el armamento el día
D+150, a más tardar el día D+180 finalizará el proceso de extracción de las
armas por parte de Naciones Unidas, conforme a los procedimientos acordados
para esta materia y certificará el cumplimiento de este proceso procediendo a
comunicarlo al Gobierno Nacional y a la opinión pública.
El día D+180 se da por
terminado el funcionamiento de estas Zonas y el Cese al Fuego y de Hostilidades
Bilateral y Definitivo.
El Mecanismo de Monitoreo y
Verificación certificará y comunicará cada una de las fases del procedimiento
de dejación de armas antes descrito.
Por último, sobre la base del
acuerdo que hemos anunciado el día de hoy y en el marco de la Resolución 2261,
el Gobierno Nacional y las FARC-EP solicitamos al Secretario General de las
Naciones Unidas que se pongan en marcha todos los preparativos necesarios para
el despliegue de la Misión Política Especial, de manera que se pueda avanzar en
la implementación del presente acuerdo.
II. Acuerdo sobre “Garantías
de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales responsables de
homicidios y masacres o que atentan contra defensores/as de derechos humanos,
movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones
criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus
redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la
implementación de los acuerdos y la construcción de la paz”.
Este acuerdo está dirigido a
brindar protección y seguridad a todos los habitantes del territorio nacional;
medidas de protección a las colectividades, los movimientos y organizaciones
sociales y de derechos humanos en los territorios; garantías para el ejercicio
de la política a los movimientos y partidos políticos, especialmente a los que
ejerzan oposición, al movimiento político que surja del tránsito de las FARC-EP
a la actividad política legal y a los integrantes de las FARC-EP en proceso de
reincorporación a la vida civil.
Adicionalmente contempla la
implementación de las medidas necesarias para intensificar con efectividad y de
forma integral las acciones contra las organizaciones y conductas criminales
objeto de este acuerdo que amenacen la construcción de la paz. El acuerdo
incluye igualmente medidas para el esclarecimiento del fenómeno del
paramilitarismo en complemento a lo ya acordado en el punto 5.
El acuerdo de garantías de
seguridad, se basa en los siguientes principios:
1. Respeto, garantía, protección y promoción
de los derechos humanos.
2. Asegurar el monopolio
legítimo de la fuerza y del uso de las armas por parte del Estado en todo el
territorio
3. Fortalecimiento de la
administración de justicia
4. Asegurar el monopolio de
los tributos por la Hacienda Pública
5. Enfoque territorial y
diferencial
6. Enfoque de género
7. Coordinación y
corresponsabilidad institucional
8. Participación ciudadana
9. Rendición de cuentas
10. Garantías de No Repetición
Para cumplir con estos
propósitos, el Gobierno Nacional y las FARC-EP, se comprometen a:
· El Gobierno Nacional
garantizará la implementación de las medidas necesarias para intensificar con
efectividad las acciones contra las organizaciones y conductas criminales
objeto de este acuerdo que amenacen la construcción de la paz. Además asegurará
la protección de las comunidades en los territorios, que se rompa cualquier
tipo de nexo entre política y uso de las armas, y que se acaten los principios
que rigen toda sociedad democrática.
· Las FARC-EP por su parte
asumen el compromiso de contribuir de manera efectiva a la construcción y
consolidación de la paz, en todo lo que resulte dentro de sus capacidades, a
promover los contenidos de los acuerdos y al respeto de los derechos
fundamentales.
Las medidas de seguridad y
protección que define el acuerdo se han construido sobre cinco pilares
fundamentales con un enfoque dimensional:
1. Un Pacto Político Nacional
y desde las regiones con los partidos y movimientos políticos, los gremios, la
sociedad organizada y en general las fuerzas vivas de la nación para que nunca
más se utilicen las armas en la política ni se promuevan organizaciones
violentas como el paramilitarismo. Este pacto buscará la reconciliación
nacional y la convivencia pacífica.
2. Una Comisión Nacional de
Garantías de Seguridad que será presidida por el Presidente de la República y
tendrá como objeto el diseño y el seguimiento a la política pública y criminal
en materia de desmantelamiento de cualquier organización o conducta de que
trata este acuerdo. La Comisión también armonizará dichas políticas para
garantizar su ejecución.
3. Una Unidad Especial de
Investigación dentro de la Fiscalía General de la Nación para el
desmantelamiento de las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, que
hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo de conformidad con lo
establecido en el numeral 74 del acuerdo sobre la Jurisdicción Especial para la
Paz. Esta Unidad contará con una unidad especial de policía judicial con
expertos en distintas materias.
4. En desarrollo de lo
acordado en el punto 2 “Participación Política”, la creación del Sistema
Integral de Seguridad para el Ejercicio de la Política que desarrollará un
modelo de garantías de derechos ciudadanos y protección para los movimientos y
partidos políticos, incluyendo el movimiento o partido político que surja del
tránsito de las FARC-EP a la vida civil, organizaciones sociales, de derechos
humanos y las comunidades en los territorios. El Sistema incluye la creación en
la Unidad Nacional de Protección de un cuerpo mixto de protección para los
integrantes de las FARC-EP en proceso de reincorporación a la vida civil.
5. Un Programa Integral de
Seguridad y Protección para las comunidades y organizaciones en los territorios
que tendrá como propósito la definición y adopción de medidas de protección
integral para las organizaciones, grupos y comunidades en los territorios.
El acuerdo incluye
adicionalmente las siguientes medidas complementarias:
· El diseño y puesta en marcha
de una política de sometimiento a la justicia para las organizaciones objeto de
este acuerdo.
· La activación de un cuerpo
élite de la Policía Nacional como instrumento para desarticular las
organizaciones criminales objeto del acuerdo.
· Instrumento de prevención y
monitoreo de las organizaciones criminales: es un sistema de anticipación y
prevención para la reacción rápida, que está orientado a garantizar una mejor
identificación de las amenazas en los territorios y una acción con mayor
impacto de la Fuerza Pública para contener esas amenazas.
· Medidas de prevención y
lucha contra la corrupción: dirigidas a fortalecer la transparencia institucional.
III. Acuerdo sobre “Refrendación”
El gobierno de Colombia y las FARC-EP, para
zanjar las diferencias surgidas hasta la fecha sobre el tema aludido, en el día
de hoy, en desarrollo de la agenda del Acuerdo General para la Terminación del
Conflicto, hemos convenido acoger como fórmula de convergencia la decisión que
profiera la Corte Constitucional sobre los alcances del Proyecto de Ley
Estatutaria No. 156 de 2015 Cámara, 94 de 2015 Senado, en el espíritu hasta
ahora anunciado y en esa medida aceptamos el mecanismo de participación popular
que la Corte indique y en los términos que ese alto tribunal señale.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 16:50 0 comentarios
jueves, 9 de junio de 2016
Conmemoración de, 'Cinco años de la Ley de Víctimas'
Colombia camina hacia la paz
Este viernes, 10 de
junio, se cumplen cinco años desde que el Presidente Juan Manuel Santos
Calderón sancionara la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras en una
ceremonia en Casa de Nariño, con la presencia de Ban Ki Moon, secretario
general de las Naciones Unidas. El gobierno colombiano demostró entonces, como
nunca en la historia, la voluntad política de reconocer y atender a millones de
personas golpeadas por un conflicto armado que ha plagado de violencia nuestro
país.
Aquel día, el mundo dirigió su
mirada a una Colombia que aún no había iniciado formalmente el proceso de
diálogo destinado a escribir el punto final de la confrontación armada. Hoy la
comunidad internacional observa con interés la política de reparación a
víctimas, que ha permitido indemnizar a más de 590.000 personas y se ha
constituido en uno de los pilares del acuerdo sobre el punto quinto de la
agenda de diálogo entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-EP.
Las víctimas son ahora más
conscientes de sus derechos y cuentan con mejores recursos para influir en los
espacios donde se toman las decisiones que les atañen. El programa
administrativo de reparaciones que Colombia puso en marcha tiene en cuenta
aspectos psicológicos, sociales, económicos y culturales.
“Hay que recordar que, hace
muy poquitos años, la palabra víctima ni siquiera aparecía en el panorama. La
ley también ha servido para que las víctimas conozcan sus derechos y luchen
para conseguirlos”, afirmó Alan Jara, recientemente nombrado director de la Unidad
para las Víctimas.
Atender en medio del conflicto
El Gobierno Nacional se ha
convertido en el primer agente humanitario del país. “Esto ha permitido que el
Estado pueda atender el 100% de las emergencias humanitarias dentro de las 48
horas siguientes a su ocurrencia”, aseguró Paula Gaviria Betancur, quien
dirigió la Unidad para las Víctimas durante sus primeros cuatro años de vida,
ante los 190 países participantes en la primera Cumbre Humanitaria Mundial, que
tuvo lugar los días 23 y 24 de mayo del presente año en Estambul (Turquía).
Si bien el desplazamiento
forzado entre 2010-2014 descendió en un 47% con respecto al cuatrienio
anterior, la Unidad para las Víctimas ha mantenido su labor de fortalecimiento
de infraestructura social y comunitaria y de asesoría técnica a las entidades
territoriales para la formulación de planes de contingencia para atender
emergencias.
La construcción de dicha
infraestructura comunitaria ha permitido, por un lado, fomentar la recuperación
del tejido social de varias poblaciones y, al mismo tiempo, adecuar espacios en
caso de posibles emergencias.
El registro más exhaustivo del mundo
Desde 2011, Colombia lidera la
política de atención y reparación más ambiciosa hasta ahora conocida. Para
ello, puso en marcha el Registro Único de Víctimas, una herramienta inédita en
el país que permite reconocer a quienes han sufrido el abandono o despojo de
tierras, actos terroristas, amenazas, delitos contra la integridad sexual,
desaparición forzada, desplazamiento, homicidio, daños por minas
antipersonales, pérdida de muebles o inmuebles, secuestro, tortura o el
reclutamiento de niños, niñas y adolescentes.
Con ello, no solo es posible
establecer que el conflicto ha dejado 8.040.748 víctimas a lo largo de décadas
de confrontación armada, sino también que 6,2 millones de ellas son actualmente
sujeto de atención y reparación, lo que permite elaborar proyecciones
presupuestales ajustadas a la realidad. No se sabe si Colombia es el país del
mundo con más víctimas, pero sí es el país que se ha dado a la tarea de tener
el registro más exhaustivo y completo.
Las víctimas reciben
orientación a través de diferentes canales virtuales, telefónicos y escritos.
Ya son más de un millón de personas atendidas presencialmente en los 139 puntos
de atención a víctimas y 22 centros regionales distribuidos en el territorio
nacional, con la presencia de entidades encargadas de brindar respuestas
eficientes y oportunas.
Un país diverso y cada vez más comprometido con la igualdad
El Estado colombiano dispuso
la implementación del enfoque diferencial en la política pública de asistencia
y reparación a las víctimas del conflicto armado como respuesta al
reconocimiento, en primer lugar, de que el conflicto armado ha afectado de manera
diferente y desproporcionada a las personas y grupos más vulnerables y, además,
a la identificación de prácticas de invisibilidad o discriminación que ponen en
riesgo la efectiva atención de sujetos de especial protección constitucional.
Así, los Decretos Ley 4633,
4634 y 4635 cobijan específicamente a los pueblos indígenas, las comunidades
negras, afrocolombianas, raizales, palenqueras y al pueblo Rrom o gitano. La
aplicación de esta normativa pone de manifiesto el reconocimiento del
territorio como víctima, evidencia la relación entre lo individual y lo
colectivo y entiende la reparación como un proceso de recuperación de la
armonía y del equilibrio.
El enfoque diferencial también
permite concentrar esfuerzos en la infancia, los jóvenes, las personas mayores,
mujeres, personas con habilidades especiales u orientaciones sexuales diversas…
y sin importar que vivan en territorio nacional o extranjero.
“Durante mucho tiempo pensé
que era la única mujer violada, pero hace dos años escuché en un noticiero que
había muchas mujeres víctimas de violencia sexual que callaban. Explicaban cómo
hacer la denuncia. Viajé a La Florida (Nariño) y el personero me tomó la
declaración”. Así cuenta Doris Henríquez Burbano sus primeros pasos para
afrontar la agresión sexual que sufrió una década antes por parte de un grupo
guerrillero.
“Me fui a la Unidad de
Víctimas, me miraron la cédula y me inscribieron en el Registro Único de
Víctimas. Después me citaron en el hotel Morasurco de Pasto, donde había una
reunión de víctimas de abuso sexual. Eran como 40 mujeres”, explicó durante una
reciente visita a Bogotá.
Doris es una de las 1.600
personas que han pasado por la estrategia de reparación integral para víctimas
de delitos contra la libertad e integridad sexual, diseñada por la Unidad para
las Víctimas específicamente para mujeres. Ellas representan casi el 90% de las
personas afectadas por este hecho.
Durante tres encuentros
grupales y el acompañamiento constante de expertos psicosociales, estas mujeres
cuentan (a menudo por primera vez) lo que les sucedió ante otras que pasaron
por sucesos similares, conocen sus derechos como víctimas, recuperan su
autoestima y reflexionan sobre sus proyectos de vida. Más de 5.500 mujeres
sobrevivientes de violencia sexual han recibido su indemnización
administrativa.
La reparación, integral y transformadora
Para abordar la gran variedad
de delitos, se decidió que la reparación podría incluir cinco medidas,
aplicables según el tipo de daño y en sus dimensiones individual y colectiva:
la rehabilitación, que procura el restablecimiento de las condiciones físicas y
psicosociales de las víctimas; las medidas de satisfacción, que buscan
restablecer la dignidad de la víctima y difundir la verdad sobre lo sucedido;
la restitución de tierras, predios o bienes, para quienes fueron despojados o
se vieron obligados a abandonarlos; la indemnización por vía administrativa,
que consiste en una compensación económica, y las garantías de no repetición,
con el fin de que los hechos no vuelvan a ocurrir.
Con el fin de generar
bienestar en las comunidades y en el entendido que los daños van más allá de lo
material, se han realizado medidas de satisfacción como la entrega de cartas de
dignificación y conmemoraciones como el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad
con las Víctimas (9 abril) o el de la Dignidad de las Mujeres Víctimas de
Violencia Sexual (25 mayo), este último implementado como una medida de
satisfacción solicitada por la periodista Jineth Bedoya.
Se ha acompañado también la
entrega de restos a 1.743 familias con seres queridos que habían sufrido
desaparición u homicidio, los actos de reconocimiento de responsabilidad y
solicitudes de perdón público, alrededor de un centenar de iniciativas locales
de memoria y medidas de satisfacción en procesos de reparación colectiva.
En marzo de este año, Rodrigo
Rosada recibió los restos de su hermana Rosmira, quien fuera desaparecida a la
edad de 52 años en el departamento de Antioquia. “Para mí y mis familiares fue
muy valioso el acompañamiento psicosocial, porque este es un momento esperado,
pero al mismo tiempo muy doloroso por la incertidumbre de tantos años y gracias
a los sicólogos que nos ayudaron a tener presente buenos recuerdos con mi
hermana y así encontrar fortaleza como familia”, aseguró entonces Rodrigo
Rosada.
En cuanto a la compensación
económica, 592.430 víctimas han recibido su indemnización por vía
administrativa, por un valor de 3,6 billones de pesos. Desde 2012, un total de
363.828 de ellas decidieron voluntariamente ingresar al programa de
acompañamiento a la inversión adecuada de los recursos. Aproximadamente, el 20%
eligió buscar oportunidades de inversión en vivienda; el 19% en educación; el
7% en proyectos productivos y el 3% en inmuebles rurales, entre otras opciones.
“Esta reparación que recibimos
de la Unidad para las Víctimas es un empujón que nos dan para hacer realidad
proyectos que antes no podíamos tener. En mi caso, estos recursos los voy
destinar a mejorar un negocio de venta de jugos”, dijo Beatriz, víctima por el homicidio
de su esposo, al recibir su indemnización en abril de este año en Medellín.
Cerca de 5.000 jóvenes
víctimas han accedido a estudios universitarios, gracias a las becas otorgadas
a través del Fondo de Educación Superior y alrededor de 100.000 participaron en
los talleres de educación financiera. Durante el 2016, se han entregado cerca
de 6.000 libretas militares gratuitas para víctimas de desplazamiento forzado,
facilitando a los jóvenes el acceso a estudios y empleo.
El conflicto fragmentó al
país, desplazó a los campesinos de sus tierras y empobreció a muchas familias
que llegaron a las ciudades. Hoy, la Unidad para las Víctimas ha acompañado a
cerca de 140.000 hogares en sus procesos de retorno o reubicación, bajo los
principios de voluntariedad, seguridad y dignidad.
María Griselda Debia perdió a
su esposo y un hijo, antes de abandonar sus tierras en Ataco (Tolima). “Nos
tocó irnos. Salimos en 2001 y regresé hace cuatro años para reconstruir la
finca y a volver a respirar aire puro. En este momento, estamos con el programa
de restitución de tierras. Ya comenzamos con el proyecto productivo y, gracias
a dios, vamos trabajando”, afirma.
Asegura que los avances en el
proceso de reparación colectiva son como un sueño hecho realidad para ella. “Le
doy gracias al presidente Santos, que fue el que aprobó la Ley de Víctimas y
por él estamos aquí en la tierra, por él estamos trabajando y por él estamos
como estamos, iniciando de nuevo, felices, con una nueva vida”, indica esta
mujer, contenta de volver a sembrar café, yuca y plátano.
La atención a los desplazados
cobró especial relevancia a partir de la Sentencia T-025 promulgada por la
Corte Constitucional en 2004, cuando declaró el estado de cosas
inconstitucional en la materia. Desde su creación en 2012, la Unidad para las
Víctimas viene trabajando en una estrategia para dejar atrás esa situación.
El esfuerzo institucional y
presupuestal ha impactado positivamente los derechos de las víctimas de
desplazamiento y se debe seguir avanzando para lograr su goce integral de los
derechos. Algunos de estos cuentan con una garantía prácticamente universal y
se han superado falencias que había en 2004, si bien aún queda camino por
recorrer.
Este gobierno ha invertido
cerca de tres billones de pesos en atención y asistencia humanitaria,
garantizando el mínimo vital de más de un millón y medio de hogares. Otras
144.626 víctimas de desplazamiento forzado han recibido su indemnización,
después de que la Corte ordenase a finales de 2013 que estas debían obtener una
compensación económica (no prevista inicialmente en la Ley 1448).
Alrededor del 78% de la
población desplazada afirma estar en el lugar donde desea rehacer su proyecto
de vida, según se desprende de la Encuesta de Goce Efectivo de Derechos,
requerida por la Unidad para las Víctimas en alianza con el DANE, y realizada a
más de 27.727 hogares (112.406 personas entrevistadas entre diciembre de 2013 y
marzo de 2014, en 157 municipios del país, incluidas las 23 ciudades principales).
En los últimos años, se han
presentado desde el territorio al menos 205 proyectos dinamizadores para
procesos de retorno y reubicación, por algo más de 13.000 millones de pesos,
donde la Unidad para las Víctimas aporta cerca del 70% de los recursos y el
resto es aportado por las entidades territoriales, la comunidad u otros actores
estratégicos, como la cooperación internacional. Se ha logrado dinamizar
procesos territoriales de retorno o reubicación, a partir de necesidades
colectivas que impactan en la sostenibilidad y arraigo de la comunidad.
Todas las medidas mencionadas
cobran un sentido especial cuando van acompañadas de aquellas que propenden por
las garantías de no repetición, es decir, la voluntad de que las violentas
situaciones que se vivieron no vuelvan a ocurrir. Para ello, la Unidad para las
Víctimas ha impulsado, junto con las entidades del Sistema Nacional de Atención
y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV), el diseño de políticas de
prevención de reclutamiento forzado, una estrategia para el acceso a la
justicia de las víctimas, acciones conjuntas en materia de reconciliación e
investigaciones sobre identificación de patrones culturales, entre otros
aspectos.
La reparación colectiva, herramienta para construir paz territorial
Reconstruir la confianza y el
tejido social en poblaciones fuertemente golpeadas por el conflicto armado se
torna uno de los puntos fundamentales en la construcción de la paz. Por eso,
hasta la fecha 366 grupos y comunidades han sido incluidos como sujetos de
reparación colectiva (192 étnicos y 174 no étnicos) en procesos que reconocen
su resistencia, supervivencia y lucha histórica por el restablecimiento de sus
derechos.
El programa se implementa a
través de planes integrales de reparación colectiva, siguiendo una ruta que
inicia con el registro del sujeto colectivo, hasta la formulación por parte de
las víctimas, y la implementación por parte de las entidades del SNARIV, del
plan de reparación. Dicho plan es aprobado por el respectivo Comité Territorial
de Justicia Transicional. En función del diagnóstico del daño que se realice,
el plan puede contener medidas de satisfacción, restitución, rehabilitación y
garantías de no repetición.
El pasado 9 de abril, durante
la conmemoración del Día nacional de la memoria y solidaridad por las víctimas,
representantes de mujeres, campesinos, sindicalistas, periodistas, organismos
de acción comunal, concejales y diputados, familiares de desaparecidos,
organizaciones defensoras de derechos humanos y el pueblo misak, todos ellos en
proceso de reparación, se unieron para presentarle al Presidente Juan Manuel
Santos el “Pacto por la Reparación Colectiva y la Paz”.
En él, afirmaban que “la
reparación colectiva está contribuyendo al fortalecimiento de nuestras
organizaciones, ha logrado recuperar espacios de incidencia nacional y
territorial, ha permitido volver a unir lo que el conflicto dividió en los
movimientos sociales y ha vuelto a poner en la agenda del Estado y la sociedad
el reconocimiento de nuestra labor”.
Aquel día, en la Casa
Campesina de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) en Bogotá, el
Presidente Santos estuvo acompañado de varios ministros y altos funcionarios
del Gobierno Nacional, quienes entregaron a cada uno de estos grupos y a la Mesa
Nacional de Participación de Víctimas distintos reconocimientos en señal de los
progresos alcanzados en sus procesos de reparación y la voluntad de continuar
el trabajo conjunto en el futuro.
“Yo pensé que las víctimas
iban a ser las más duras, las más opositoras de un proceso (…) Me han enseñado
todo lo contrario, las víctimas son las que tienen el corazón más grande, son
más propensas a perdonar, a reconciliarse”, dijo el Presidente Santos al
auditorio, donde también se hallaba una nutrida representación de actores
internacionales. Para líneas abajo...
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 17:43 0 comentarios
Atención psicosocial para sanar las heridas
Luis Alfonso Aparicio Director de la Unidad de víctimas |
Décadas de conflicto han
dejado heridas psicológicas en el 14% de la población colombiana que hoy es
reconocida como víctima en el Registro. Esos crímenes ocurrieron frente al otro
86% de la sociedad (aunque a veces a esta le cueste reconocerlo).
La Unidad para las Víctimas
entiende el sufrimiento como consecuencia natural de los hechos de violencia,
que además siempre está acompañado de la supervivencia. En este sentido, aunque
a menudo las víctimas han minimizado o evadido los impactos psicológicos que
les han causado las victimizaciones, la atención psicosocial se ha orientado a
que la historia de sufrimiento pueda ser integrada a su historia de vida junto
con la de supervivencia.
Así lo relata Gloria
Salamanca, una mujer de 59 años: “Con la desaparición de mi hijo, yo tuve que
sacar fuerzas. Él no se alcanza a imaginar la persona que soy yo hoy en día,
las fuerzas que he sacado para operarme de un cáncer, para cuidar de mis papás
enfermos, para buscarlo. La atención psicosocial me ha ayudado a entender mejor
lo que me pasa a mí cuando paso por los peores momentos y a entender mejor qué
es la desaparición forzada. Ahora sé cuidarme para no enfermar, sé la
diferencia entre estar triste y ponerme mal”. El apoyo psicosocial le ha
brindado a Gloria herramientas para conocerse y “saber hacer” frente al dolor.
Este es uno de los mayores alcances en salud mental.
Entre 2012 y mayo de 2016, el
Gobierno ha implementado el Programa de Atención Psicosocial y Salud Integral
para las Víctimas (PAPSIVI), liderado por el Ministerio de Salud y Protección
Social (en alianza con la Unidad), a través del cual se han atendido a 184.913
personas.
El PAPSIVI permite atender los
impactos psicosociales y los daños en la salud física y mental de las víctimas
ocasionados por o en relación con el conflicto armado, en los ámbitos
individual, familiar y comunitario, con el fin de mitigar su sufrimiento
emocional, contribuir a la recuperación física y mental y a la reconstrucción
del tejido social en sus comunidades.
Además, la Unidad para las
Víctimas diseñó la Estrategia de Recuperación Emocional a Nivel Grupal, en la
que han participado al menos 93.651 personas. En ella, aprenden a vincular
identidades más allá de la de “víctima”. Así, se reconocen como sobrevivientes,
valientes, luchadores/as. Logran comprender que con la victimización coexisten
otras identidades orientadas a la actuación y no a la espera de las soluciones
traídas por los otros. Quienes van a atención psicosocial, empiezan a verse a
sí mismos como los mayores responsables de la reconstrucción de sus proyectos
de vida.
“Estoy muy agradecida por
participar en estos encuentros. Yo antes no hablaba con mis hijos sobre la
muerte de su papá. A mi esposo lo mataron y ellos estaban muy pequeños y no se
acuerdan. Desde que fueron creciendo siempre me preguntaban que por qué lo
habían matado y yo no les había contado, porque siempre me ponía a llorar o los
regañaba”, contó una mujer víctima de desplazamiento y del homicidio de su
marido en Turbaco (Bolívar).
“Les decía que no me
preguntaran nada, porque no me gustaba hablar de lo que pasó. Desde que comencé
a asistir acá y escuchar a mis compañeros, cómo contaban lo que les había
pasado, yo fui tomando fuerzas y hablé con mis hijos. Ellos estaban muy
asombrados. Les dije que al ver a mis compañeros hablar de su hecho de
violencia pensé que yo también lo podía hacer y lo hice. Desde entonces me he
sentido mejor”, dijo esta sobreviviente de 53 años. Expresar en voz alta lo
vivido a menudo es el primer paso para la recuperación.
La tercera estrategia se
conoce como Entrelazando y, con ella, se está facilitando la rehabilitación
comunitaria en alrededor de 150 comunidades o grupos en proceso de reparación
colectiva. Existen 1.800 tejedores y tejedoras, líderes naturales de la
comunidad, reconocidos como cuidadores, que fomentan este espacio en el que se
debate sobre los imaginarios colectivos, se reflexiona sobre el impacto del
conflicto y se reconstruye la confianza perdida al interior de las comunidades
y entre la comunidad y el propio Estado.
“Entrelazando nos ha dado la
oportunidad no solo de reparar los lazos que se rompieron por causa de la
violencia y que nos volvieron unas personas desconfiadas y resentidas. También
nos ha cambiado la forma de pensar y de relacionarnos con los vecinos y de
recuperar la confianza en los demás. Nosotros ahora somos otras personas y en
la comunidad se siente el cambio; ahora tenemos otra cara que mostrar del barrio”,
opina Luz Yenny, víctima de la comunidad La Nueva Esperanza, en el municipio de
Neiva (Huila).
El reto de la atención
psicosocial a las víctimas está en atender no sólo lo que ellas dicen para dar
cuenta de su sufrimiento, sino también en ver y poner en un espacio público la
dimensión del silencio que han dejado los hechos de violencia, la dimensión de
lo que no se puede narrar.
El carácter traumático de las
violaciones a los derechos humanos o de las infracciones al Derecho
Internacional Humanitario está también en la huella de silencio que esto deja
en las personas y las comunidades, la imposibilidad de enunciar, o dar una
palabra a las heridas psicológicas que han causado los responsables de estos
crímenes. En Entrelazando, se da un espacio a la “representación de ese
silencio”.
Todo un sistema de entidades por las víctimas
La implementación de la
inmensa mayoría de las medidas antes mencionadas requiere de la coordinación
del Sistema Nacional para la Atención y Reparación integral a las Víctimas,
integrado por entidades del nivel nacional (ministerios, agencias, programas, etc.),
entidades territoriales (gobernaciones y alcaldías) y demás instituciones que
tengan que ver con la ejecución de la política pública para víctimas (ONG,
cooperación internacional y otros).
A través de dicho Sistema se
gestiona la oferta institucional para que las víctimas tengan acceso a
iniciativas que contribuyan a la generación de ingreso, empleo, vivienda, salud
y educación, entre otros.
Una de las iniciativas que más
ha llamado la atención de alcaldes y gobernadores es el ‘Banco de gestión de
proyectos’. Entre 2013 y mayo de 2016 se han asignado recursos de
cofinanciación a 42 proyectos, con una inversión de 77.520 millones de pesos,
donde el 80% fue cofinanciado desde el nivel nacional y el 20% restante por las
entidades territoriales, beneficiando a 74.607 víctimas. Fueron financiados
también 128 proyectos que buscan la promoción de la participación de las
víctimas y sus organizaciones.
Además, se construyó,
implementó y estandarizó el proceso de certificación territorial, que busca
medir la contribución de los departamentos, distritos y municipios en las
acciones de prevención, protección, asistencia, atención y reparación integral
a las víctimas, que lleven al goce efectivo de sus derechos. Se certificaron el
100% de las entidades territoriales para las vigencias 2012, 2013 y 2014.
La voz de las víctimas protagoniza la construcción de paz
El 10 de junio de 2015,
quedaba instalada oficialmente la segunda Mesa Nacional de Participación
Efectiva de las Víctimas, en la que 300 representantes de víctimas de todo el
país y todos los hechos victimizantes eligieron a sus delegados para el período
2015-2017.
Este trabajo inició a partir
de la redacción de un “Protocolo de participación efectiva de las víctimas”,
que fue construido a partir de un amplio ejercicio deliberativo, y recoge
diversos puntos de vista de la sociedad. Las mesas de participación
municipales, departamentales, distritales y nacional han desempeñado un papel
determinante en los últimos años.
“Las víctimas vivimos con un
coctel de sentimientos en nuestros corazones. Emoción y razón, indignación,
desconfianza y, sobre todo, esperanza. Nuestra participación es, por ley, un
pilar de la política de víctimas. Pero debe serlo también de una solución a la
guerra que se libra en nuestros territorios”, dijo Odorico Guerra, víctima del
conflicto procedente de Aracataca (Magdalena), el día que fue elegido
coordinador de la Mesa Nacional de Participación de Víctimas. Esta instancia de
representación ha sido enfática en su deseo de tener cada vez más voz en el
proceso de conversaciones de La Habana.
Los nuevos alcaldes y
gobernadores se han reunido con las mesas municipales y departamentales de
participación de víctimas para establecer las líneas de trabajo en sus planes
de gobierno. El protagonismo que han alcanzado en la agenda pública se debe
principalmente a su empeño, a sus reclamos para incidir en las medidas que les
afectan, y por primera vez, el Estado en su conjunto ha asumido su deber de
acompañamiento.
Las Mesas de Víctimas creadas
por la Ley 1448 de 2011 son las únicas instancias de participación que
contemplan paridad de género en su estructura. Incluyen además representantes
de todas las regiones y hechos victimizantes reconocidos en el Registro Único
de Víctimas.
Colombia, primer país en reparar a las víctimas del conflicto en el
exterior
Cuando el Congreso aprobó la
Ley de Víctimas, esta mencionaba escuetamente los temas relacionados con las
víctimas que se hallan en el exterior. Sin embargo, el Estado ha demostrado la
voluntad política de atenderlas y eso ha convertido a Colombia no solo en el
país que más víctimas ha reparado en el mundo, sino también en el único que
repara a las víctimas aunque éstas no se encuentren en territorio nacional.
A la fecha, se han reconocido cerca
de 9.000 víctimas colombianas en el exterior y se han empezado a brindar las
medidas que es posible entregar fuera de nuestras fronteras. Este
reconocimiento, que nunca se había dado, es fundamental en el acercamiento del
Estado a esa población que se vio obligada a abandonar el país.
Pablo Fajardo, un hombre que
escapó a un secuestro de las FARC en el Meta, huyó por años del país. “Compré
un pasaje hacia Panamá porque no pedían visa. Luego crucé la frontera en bus,
la idea era tomar un bus a la frontera y seguir hacia Estados Unidos. Cuando
llegué a Costa Rica se me acabó la plata. Conseguí un trabajo, pero me sentía
perseguido, vigilado. Pedí asilo. Estudiaron mi caso y decidieron que debía ir
a un tercer país, me consiguieron Suecia”.
Cuando llegó a Estocolmo
consiguió un mejor trabajo, pero “le comenzó una depresión a mi esposa por la
falta de empleo. Lo que ganaba era suficiente para vivir los dos, pero para una
persona que no conoce a nadie y donde la gente no brinda mucha amistad era muy
difícil. Además, teníamos a nuestro hijo discapacitado en Colombia”.
Algún tiempo después, “entré
en contacto con la Unidad para las Víctimas, donde me dijeron que fuera a la
embajada. Me contaron del programa de reparación de víctimas y me dijeron que
me inscribiera. Me sentí apoyado y decidí regresar”.
La empresa donde trabajaba
Pablo se declaró en quiebra. “Me pagaron tres meses de sueldo. Justo a tiempo.
Reuní unos ahorros y con la ayuda de la Unidad me vine. Me dieron unas máquinas
de coser y con ellas monté una pequeña fábrica de jeans”, detalló en una
entrevista reciente. “Con otro poco de dinero que me dieron por la
indemnización y una plata que me prestaron mi yerno y mi hija, compré un carro
y lo tengo afiliado a Uber. Con eso vivo. Ahora que tengo en mi corazón,
primero a Dios y luego a mi familia, le dije adiós a los medicamentos, se acabó
la depresión”.
Colombia se ha comprometido
con la reparación de las víctimas en el exterior, tanto si desean retornar como
si quieren continuar en su país de acogida. Se han entregado 631 indemnizaciones
por un valor cercano a los 3.500 millones de pesos, a través de cuentas
bancarias extranjeras y nacionales; se han realizado actos de dignificación y
memoria en zonas de frontera y en los consulados; se pueden presentar
solicitudes de restitución de tierras; y en algunos casos se ha podido brindar
atención psicosocial.
La conmemoración del 9 de
abril se ha convertido en una fecha para acercar el Estado a las víctimas del
conflicto armado que se encuentran en el exterior. Por dos años consecutivos, el
Ministerio de Relaciones Exteriores y la Unidad para las Víctimas se han
aliado, junto a otras entidades, para realizar jornadas de atención y actos
simbólicos en los consulados de Colombia en el mundo.
“¡Qué más quisiéramos que una
Colombia en paz! Yo no guardo rencor, yo sólo quiero que los niños sepan que es
el plátano, qué es la montaña verde”, exclamó una víctima desplazada en Canadá
durante el 9 de abril. “La paz comienza desde nuestros corazones. Perdonar es
el primer paso para escribir una nueva historia en el país. Colombia somos
todos”, escribió otra en una tela conmemorativa en el consulado en Nueva York
(Estados Unidos).
El futuro de la reparación
Durante años las víctimas
permanecieron invisibles ante los ojos indiferentes de la sociedad, que ha
venido despertando a la necesidad impostergable de repararlas. La Ley de
Víctimas proporcionó un reconocimiento y un marco de acción únicos, cuya
implementación se previó hasta 2021. Se cumplen cinco años de andadura, y con
ello, la mitad del período estipulado para la ejecución de la norma.
Además, se abren nuevos
desafíos, ligados al acuerdo final que suscriban el Gobierno Nacional y las
FARC-EP. En el documento presentado el 15 de diciembre de 2015 sobre el punto
quinto de la agenda de conversaciones (‘víctimas’) se recogen muchas de las
medidas ya en marcha.
En primer lugar, el país ahora
cuenta con el compromiso de reparación no sólo por parte del Estado, sino
también del grupo guerrillero, así como de aquellos que intervinieron de forma
directa o indirecta en el conflicto armado. Esta contribución se basará en el
reconocimiento de responsabilidades sobre los hechos y los daños causados, y se
traducirá en acciones específicas de reparación simbólica y material. Quienes
alguna vez victimizaron a las comunidades ahora contribuirán a su reparación.
Por otro lado, los actos de
reconocimiento de responsabilidad no vendrán como una imposición judicial, sino
como una declaración voluntaria y unilateral de los responsables. Esta es una
medida simbólica que contribuye a enaltecer la memoria de las víctimas y a
esclarecer la violencia ocurrida, contribuyendo a la verdad y quitando el velo
de estigmatización que a menudo el actor armado y la sociedad en general
impusieron sobre las víctimas.
Tanto el Gobierno Nacional
como las FARC-EP han acordado que se realizarán encuentros de este tipo en
diferentes lugares del país, con la participación activa de las comunidades, de
manera similar a como ocurrió en Bojayá el pasado diciembre. Dichos
reconocimientos, además, serán fundamentales a la hora de determinar las
sanciones que se impondrán en la Jurisdicción Especial para la Paz.
También se contempla el
fortalecimiento de la reparación colectiva, con enfoque territorial y en
coordinación con los acuerdos de reforma rural integral y, particularmente, con
los Planes de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (PDET). Aproximadamente
el 40% de los sujetos de reparación colectiva son comunidades campesinas y casi
el 50% corresponden a diferentes comunidades étnicas. La gran mayoría de
sujetos han sido colectivos históricamente discriminados, lo que supone un reto
adicional en términos de inclusión social.
La reconfiguración del campo,
con procesos de reparación colectiva, con el retorno o reubicación de quienes
lo deseen, se verá fortalecido a través de las estrategias psicosociales de
rehabilitación comunitaria que permitan reconstruir el tejido social, como se
ha venido haciendo a través del programa ‘Entrelazando’, que funciona en más de
150 comunidades afectadas por la guerra y que se ha convertido en un elemento
indispensable para sanar las heridas del alma.
Se plantea también, a través
del mapa de victimización, el posible el reconocimiento a víctimas que no están
incluidas inicialmente en la definición del artículo 3 de la Ley 1448, como por
ejemplo las personas que han sido combatientes pero que también han sufrido
afectaciones injustificables como violencia sexual, desaparición forzada,
tortura, homicidio fuera de combate, entre otros graves hechos.
En quinto lugar, el acuerdo
afianza el compromiso de atender, reparar y promover el retorno de miles de
víctimas que se encuentran en el exterior. Si bien existe un trabajo previo, se
deberán gestionar las posibles expectativas de esta población una vez el país
dé sus primeros pasos tras la firma del acuerdo final.
Otro aspecto que se fortalece
es el de la participación de las víctimas. Las mesas organizadas y los
liderazgos deben verse fortalecidos y reconocidos en su esfuerzo, sin perjuicio
de que se puedan ampliar con otras voces que quieran sumarse a estos espacios
de interlocución política.
La coordinación de los
mecanismos de carácter judicial y extrajudicial incluidos en el Sistema
Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición permitirá reconocer
con mayor amplitud si cabe los impactos del conflicto, seguir reparándolos en
la medida de lo posible, cicatrizar heridas y contribuir a que nunca más se
repitan hechos tan terribles.
Colombia ha vivido uno de los
peores conflictos recientes del continente, pero es a la vez el país del mundo
que más víctimas ha reparado, superando ya las 590.000. Esto se ha logrado con
la voluntad del Estado y a ese propósito se están sumando más actores.
Acabar con la guerra ayudará a
la sostenibilidad de la política pública de víctimas, puesto que no habría que
destinar recursos a nuevas víctimas, sino a un número más o menos cerrado.
“Estoy convencido de que la
mejor garantía de no repetición es la terminación del conflicto y que la mejor
reparación que puede haber es la paz”, aseguró Alan Jara, director de la Unidad
para las Víctimas.
Mujeres y hombres se sobreponen
a diario a los hechos que les causaron tanto sufrimiento. Ellos y ellas son
fuente de inspiración que nos enseña que sí es posible ganar al odio y la
violencia. Las víctimas demandan a menudo que no se repita lo que a ellas le
sucedió.
Generar las condiciones para
que el conflicto no cause más dolor permite soñar con una sociedad más
respetuosa, tolerante y próspera. La Ley de Víctimas ha traído a Colombia la
oportunidad de construir un país mejor. (Fuente: Prensa de la Unidad de Vícttimas (Ángel René Vargas Cabrera)
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 17:39 0 comentarios
martes, 10 de junio de 2014
Expresivo comunicado por una salida pacífica y negociada del conflicto armado para la Construcción de la Paz, expidió Redepaz
Entre la paz y la guerra,
elijo la paz; Entre la vida o la muerte, elijo la vida; Entre el fusil y la
palabra, elijo la palabra; Entre una posible paz y una segura guerra, elijo una
paz posible. YO VOTO POR LA PAZ.
Luis Emil Sanabria Durán |
Un expresivo comunicado
expidieron las organizaciones sociales de Colombia convocando a los ciudadanos
de bien a votar por la paz del país.
El documento de a respaldo a
la salida pacífica y negociada del conflicto armado para la Construcción de la
Paz, está liderado por Red Nacional de
Iniciativas Ciudadanas por la Paz y contra la Guerra- REDEPAZ y dice:
Luego de 50 años de
confrontación armada, el Gobierno Nacional y las FARC-EP han establecido una
mesa de conversaciones para ponerle fin a años de atrocidades y muerte. Estas
conversaciones han dado como resultado tres preacuerdos importantes, en
relación a políticas de desarrollo rural, participación política y drogas
ilícitas que serán elementos sustanciales para la construcción de la paz
duradera y estable. Se han desarrollado foros, encuentros desde la sociedad
civil y política que evidencian su respaldo y el compromiso para la paz.
Sin embargo, a pesar de las
bondades del proceso de paz y de la esperanza que despierta, se escuchan voces
y acciones de sectores políticos que se disputan la presidencia de la
República, que amenazan con romper la paz negociada y retornar a prácticas
criminales, corruptas y violatorias de los Derechos Humanos, poniendo en riesgo
la posibilidad de encontrar caminos de paz y reconciliación, y el sueño de
vivir en una sociedad justa, democrática, incluyente, respetuosa de la
diversidad política y cultural.
Mandatamos pactar el fin del
conflicto armado. Es una responsabilidad política y social el no retorno a la
guerra, por lo que ratificamos: El apoyo al Gobierno Nacional liderado por el
presidente Santos, y a las FARC-EP, para que continúen y permanezcan en la mesa
hasta acordar la terminación del conflicto, lo que implica acelerar los tiempos
de la negociación y la firma del acuerdo general.
El llamado urgente para que
se instalen formalmente las conversaciones entre el Gobierno Nacional y el ELN.
La demanda a las partes
(Gobierno y Guerrillas) para que encuentren prontamente caminos de
entendimiento y pactar un mecanismo que haga posible la disminución de los
impactos de la guerra sobre la población civil (muerte, desplazamientos,
desaparición, secuestro, extorsión, reclutamiento forzado, daño a la
infraestructura, etc.) y ahorrar vidas humanas entre los combatientes.
El convencimiento de poner
en primer plano a las víctimas del conflicto armado a partir de la verdad, la
justicia, la reparación y las garantías de no repetición, que incluyan
mecanismos de justicia transicional y programas urgentes para la superación de
la crisis humanitaria.
El compromiso de aportar a la
terminación del conflicto armado y a la construcción de la paz integral,
estable y duradera, implica la búsqueda de mecanismos de refrendación e implementación
de lo pactado, razón por la cual ratificamos y proponemos al presidente
candidato Juan Manuel Santos y a la sociedad colombiana:
1. La necesidad de ampliar y
fortalecer la Democracia directa, participativa y representativa. La paz
estable y duradera requiere apoyar y promover mecanismos y espacios de
coordinación, participación y construcción de acuerdos a nivel local y nacional
financiados por el
gobierno, que permitan
recuperar el tejido social y político y la confianza en las instituciones tales
como el Consejo Nacional de Paz y los Consejos Municipales y Departamentales de
Paz.
2. La importancia de Instalar
un programa que desarrolle una Política Integral de Derechos Humanos. El Estado
debe poner en primer plano la plena vigencia y realización de los Derechos
Humanos como propósito nacional, lo que involucra fortalecer procesos locales
de acompañamiento y empoderamiento comunitario para la construcción de la vida
digna.
3. El compromiso de trabajar
por la instalación de un sistema nacional para la reconciliación, la paz y la
convivencia ciudadana, lo que requiere establecer un amplio proceso social
incluyente que potencie las capacidades de reconciliación y la reconstrucción
de la memoria. Un proceso pedagógico que privilegie la solidaridad, el amor, el
perdón, el reconocimiento y la valoración de la diversidad cultural y ambiental
y la aprehensión de una cultura de diálogo y transformación pacífica de
conflictos, que se incorpore en los centros educativos, las empresas, el Estado
y las organizaciones sociales, mediante una estrategia coordinada entre el
gobierno y las iniciativas ciudadanas con experiencia.
La paz demanda de decisiones
oportunas y de compromisos constantes. Los y las constructoras de paz somos la
gran mayoría, pero necesitamos avanzar hacia mayores niveles de confianza en la
posibilidad real de pactar la paz y construir convivencia, por eso desde ya
estamos comprometidos en la realización de un gran encuentro nacional por la
Paz, la Democracia y la Vida diga.
Finalmente y asumiendo con
responsabilidad y compromiso nuestro papel como organizaciones y ciudadanos
constructoras de paz y DDHH, convocamos a respaldar con el voto popular este 15
de junio a la candidatura del Sr. Presidente Juan Manuel Santos C. con el
convencimiento de
que bajo su gobierno se
logrará el acuerdo definitivo con las guerrillas de las FARC-EP y el ELN, que
ponga fin a la confrontación armada.
Entre la paz y la guerra,
elijo la paz; Entre la vida o la muerte, elijo la vida; Entre el fusil y la
palabra, elijo la palabra; Entre una posible paz y una segura guerra, elijo una
paz posible. YO VOTO POR LA PAZ.
Red Nacional de Iniciativas
Ciudadanas por la Paz y contra la Guerra- REDEPAZ., Instituto Popular de
Capacitación-IPC, Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento -CODHES,
Corporación COMPROMISO, Fundación FORJANDO FUTUROS, Plataforma ALTO
(Animalistas), Casa de la Mujer, Tierra y Vida, Narrar para Vivir, Piero,
Movimiento de Madres por la Vida, Fundación PROGRESAR, Fundación Cultura
Democrática FUCUDE, Fundación MENCOLDES, Fundación para la RECONCILIACIÓN,
Corporación NUEVO ARCO IRIS, Pensamiento y Acción Social-PAS, Punto de
Encuentro, Federación Internacional de Derechos Humanos FIDH, Movimiento Social
de personas con discapacidad, HUIPAZ, Iniciativa de Mujeres por la Paz-IMP, Red
Nacional de Mujeres, Corporación Región, Corporación Sï Caribe. Esperanza Hernández
– Académica, Gonzalo Ardila-Vladimir Zabala integrantes Redunipaz, Laura Gil –
Periodista, Yenni Neme – Directora JUSTAPAZ.
Luis Emil Sanabria Durán
Presidente Nacional Colegiado
REDEPAZ
Director ejecutivo corporación
para la paz y los derechos humanos-Redepaz
luisemil@redepaz.org.co
Carrera 25 Nº 39 - 92, Tercer
piso, Bogotá D.C. Colombia
Colaboración especial de Jorge Castellanos Pulido
Colaboración especial de Jorge Castellanos Pulido
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 11:39 0 comentarios
Etiquetas: comunicado, Expresivo, negociada, Paz
jueves, 29 de mayo de 2014
Respaldo a la salida pacífica, reiteran organizaciones sociales
Diferentes organizaciones
sociales que trabajan por la Paz de Colombia expidieron un comunicado que será
entregado esta semana al presidente de la república, Juan Manuel Santos.
Foto: Archivo |
Entre las firmantes del
documento está, Corporación Nuevo Arco Iris, Aspas, Acción Social, gremio de
discapacitados entre otros. El documento
dice:
Respaldo a la salida pacífica
y negociada del conflicto armado para la Construcción de la Paz
La Paz es tarea de todos y
todas, VOTA POR LA PAZ
Luego de 50 años de
confrontación armada, el Gobierno Nacional y las FARC-EP han establecido una
mesa de conversaciones para ponerle fin a años de atrocidades y muerte. Estas
conversaciones han dado como resultado la construcción de tres preacuerdos
importantes que serán elementos sustanciales para la construcción de la paz
duradera y estable. Adicionalmente se han escuchado anuncios, indicando que se
dará inicio a los diálogos formales entre el Gobierno y el ELN, lo que será
definitivo para ponerle fin al conflicto armado y avanzar en la construcción de
la reconciliación nacional entre todos y todas.
Sin embargo, a pesar de las
bondades del proceso de paz y de la esperanza que despierta en millones de
colombianos y colombianas, se escuchan voces y acciones de sectores políticos
que se disputan la presidencia de la República, que amenazan con romper la paz
negociada y retornar a prácticas criminales, corruptas y violatorias de los
Derechos Humanos, poniendo en riesgo la posibilidad de encontrar caminos de paz
y reconciliación, y el sueño de vivir en una sociedad justa, democrática,
incluyente y respetuosa de la diversidad política, cultural.
Mandatamos pactar el fin del
conflicto armado. Es una responsabilidad política y social no retorno a la
guerra, si a la PAZ: El apoyo al Gobierno Nacional liderado por el presidente
Santos, y a las FARC-EP, para que continúen y permanezcan en la mesa hasta acordar
la terminación del conflicto, lo que implica acelerar los tiempos de la
negociación y la firma del acuerdo general.
El llamado urgente para que
se instalen formalmente las conversaciones entre el Gobierno Nacional y el ELN.
La demanda a las partes
(Gobierno y Guerrillas) para que encuentren prontamente caminos de
entendimiento para pactar un mecanismo que haga posible la disminución de los
impactos de la guerra sobre la población civil (muerte, desplazamientos,
desaparición, secuestro,
extorsión, reclutamiento
forzado, daño a la infraestructura, etc.) y ahorrar vidas humanas entre los
combatientes.
El convencimiento de poner
en primer plano a las víctimas del conflicto armado a partir de la verdad, la
justicia, la reparación y las garantías de no repetición, que incluyan
mecanismos de justicia transicional y programas urgentes para la superación de
la crisis humanitaria.
El compromiso de aportar a la
terminación del conflicto armado, y a la construcción de la paz integral,
estable y duradera, implica la búsqueda de mecanismos de refrendación e
implementación de lo pactado, razón por la cual ratificamos y proponemos al
presidente candidato Juan Manuel Santos y a la sociedad
colombiana:
1. La necesidad de ampliar y
fortalecer la Democracia directa, participativa y representativa. La paz
estable y duradera requiere respaldar y promover mecanismos de coordinación y
participación política y social a nivel local y nacional, que recupere el tejido
social y político rotos; rescatar y fortalecer el Consejo Nacional de Paz y los
Consejos Municipales y Departamentales de Paz.
2. La importancia de Instalar
un programa que desarrolle una Política Integral de Derechos Humanos. El Estado
debe poner en primer plano la plena vigencia y realización de los Derechos
Humanos como propósito nacional, lo que involucra el establecimiento de condiciones
y oportunidades reales que garanticen la vida digna.
3. El compromiso de trabajar
por la instalación de un sistema nacional para la reconciliación, la paz y la
convivencia ciudadana, lo que requiere establecer un amplio proceso social
incluyente que potencie las capacidades de reconciliación y la reconstrucción
de la memoria. Un proceso pedagógico que privilegie la solidaridad, el amor, el
perdón, el reconocimiento y la valoración de la diversidad cultural y ambiental
y la aprehensión de una cultura de diálogo y transformación pacífica de
conflictos.
La paz demanda de decisiones
oportunas y de compromisos constantes. Los y las constructoras de paz somos la
gran mayoría, pero necesitamos avanzar hacia mayores niveles de confianza en la
posibilidad real de pactar la paz y construir convivencia, razón por la cual
convocamos a respaldar con nuestro voto y el de millones de colombianos y
colombianas, la candidatura reeleccionista del Sr. Presidente Juan Manuel
Santos C. con el convencimiento de que bajo su gobierno se logrará el acuerdo
definitivo con las guerrillas de las FARC-EP y el ELN, que ponga fin a la confrontación
armada.
Entre la paz y la guerra,
elijo la paz; Entre la vida o la muerte, elijo la vida;
Entre el fusil y la palabra,
elijo la palabra; Entre una posible paz y una segura guerra, elijo una paz
posible.
YO VOTO POR LA PAZ.
Firman: JUSTAPAZ, MENCOLDES,
Fundación para la Reconciliación, Corporación Nuevo Arco Iris, Promoción y
Acción Social-PAS, Movimiento Social de personas con discapacidad, Asamblea
permanente de la sociedad civil por la paz-ASAPAZ, Red de programas de
desarrollo y paz-REDPRODEPAZ, Red de Universidades por la paz –REDUNIPAZ,
Iniciativa de Mujeres por la Paz-IMP, Colectivo de Abogados José Albear
Restrepo-CAJAR, Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y contra la
Guerra- Redepaz..SIGUE…..
Colaboración especial de Jorge Castellanos Pulido
Colaboración especial de Jorge Castellanos Pulido
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 6:01 0 comentarios
lunes, 12 de mayo de 2014
Negociación de paz debe ser ajena al proceso político
Las FARC esperan que "el
sentimiento de paz" de los colombianos "no sea manipulado por
intereses electoreros" en la campaña de los comicios presidenciales del 25
de mayo, afirmó desde La Habana el equipo negociador de la guerrilla.
Colombia.com - Bogotá - Lunes,
12 / May / 2014
"Observamos que las
distintas candidaturas se han corrido en su mensaje hacia la defensa de la
solución política al conflicto. Recalcitrantes antes, ahora todos pugnan por
vender su propósito de paz", indicó el insurgente "Andrés
París", alias de Jesús Emilio Carvajalino, en declaraciones a la prensa al
iniciarse un nuevo ciclo de los diálogos de paz entre la guerrilla y el
Gobierno.
Andrés París reiteró que las
FARC "no están en campaña" electoral: "No somos las tortugas del
proceso de paz pero tampoco seremos canguros que nos dejemos acosar para que
nos sitúen dentro de agendas y cronogramas electorales. Nuestra campaña es por
la paz", precisó.
Los negociadores de las FARC
aseguran que esperan "tranquilos" los resultados de una contienda
electoral que, según la guerrilla, "no debe interrumpir los esfuerzos que
se están desarrollando en La Habana" para intentar poner fin al longevo
conflicto colombiano.
Esas negociaciones, que
entraron hoy en su vigésimo quinto ciclo, siguen centradas en el debate sobre
las drogas y el narcotráfico, el tercer asunto que debaten las partes desde
comenzó este proceso a finales de 2012.
Los delegados de paz de las
FARC tienen la esperanza y la "voluntad", dijo Paris, de
"avanzar lo más rápidamente posible" para poder cerrar un acuerdo
sobre este punto.
Según la guerrilla, ya hay un
alto grado de consenso en los tres apartados que contiene este tema (cultivos
ilícitos; consumo y salud pública y comercialización y narcotráfico) pero las
partes mantienen aún algunas diferencias de fondo.
En cualquier caso "nada
que no se pueda resolver. Hay que ponerle optimismo", señaló el
guerrillero "Jesús Santrich", cuyo verdadero nombre es Seuxis Paucias
Hernández: "Estamos a unos tres o cuatro párrafos de resolverlo",
agregó.
La nueva ronda de los diálogos
de paz comienza "en medio de una expectativa nacional muy grande" por
"una de las campañas electorales más disputadas" de Colombia, según
la guerrilla, y también marcada por denuncias de financiación ilegal, espionaje
y sabotaje que afectan a las candidaturas mejor situadas en las encuestas sobre
intención de voto.
Para las FARC, estos
"reiterados y frecuentes escándalos" evidencian "la podredumbre
del régimen colombiano" y sus formas de gobierno.
Como es habitual, en el inicio
de esta nueva ronda de diálogo los negociadores del Gobierno, liderados por el
exvicepresidente Humberto de la Calle, no hicieron declaraciones a los medios a
su llegada al Palacio de Convenciones de La Habana, sede de las conversaciones
de paz. EFE
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 15:13 0 comentarios
Etiquetas: ajena, negociación, Paz, política
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Otros dos puntos del acuerdo, logró el gobierno y las Farc
Por Colprensa | Yahoo noticias
Tras el anuncio sobre el
acuerdo logrado entre el Gobierno colombiano y las Farc en el segundo punto de
la agenda de negociación, debe recordarse que uno de los pilares fundamentales
de ese proceso es que "nada está acordado hasta que todo esté acordado".
De esa manera está consignado
en el punto diez (último) del capítulo VI del 'Acuerdo general para la
terminación y la construcción de una paz estable y duradera', firmado el 26 de
agosto del año pasado en La Habana, por dos delegados plenipotenciarios del
gobierno colombiano (los hoy negociadores Sergio Jaramillo y Frank Pearl), seis
delegados de las Farc (encabezados por Andrés París y Ricardo Téllez), cuatro
testigos de los gobiernos de Cuba y Noruega y cinco testigos autorizados por el
gobierno colombiano.
Así que los convenios ya
conocidos sobre 'Política de desarrollo agrario integral' y 'Participación
política' sólo tendrán validez cuando también haya acuerdos acerca de los demás
puntos de esa agenda conjunta: 'Fin del conflicto', 'Solución al problema de
las drogas ilícitas', 'Víctimas' e 'Implementación, verificación y
refrendación'.
El presidente Juan Manuel
Santos ha sido insistente en recordar esa condición de no definir acuerdos
parciales, sino dejar todo lo acordado para una firma última y una posterior
refrendación popular. Por ejemplo, lo señaló el pasado 27 de mayo, luego de
conocerse la firma del primer punto de la agenda: "Los acuerdos que hemos
ido construyendo están condicionados a que lleguemos a un acuerdo sobre la
totalidad de la Agenda y, también, a que en la medida en que se avance en la
discusión se puedan ajustar y complementar los acuerdos sobre cada uno de los
subpuntos".
Porque este proceso de
conversaciones que diseñó el gobierno de Santos tiene diferentes etapas:
primero una exploratoria y confidencial que terminó en la citada agenda, sobre
la cual se negocia; luego la "pública, pero de discusiones
reservadas" que es la que se adelanta en La Habana desde el 19 de
noviembre de 2012 y que ha arrojado los dos acuerdos conocidos; y una final de
ratificación ciudadana (para la cual el Congreso tramita la reforma que
permitiría hacer esa votación el mismo día de una elección ordinaria) y la
posterior aplicación de los acuerdos, que incluirá a toda la sociedad y tomaría
cerca de diez años.
Hechas esas consideraciones,
recordamos qué está acordado ya en la mesa de La Habana y qué falta por ser
discutido en los próximos meses:
DESARROLLO AGRARIO INTEGRAL
El acuerdo al que llegaron los
delegados del Gobierno y de las Farc se hizo sobre cuatro pilares: distribución
de la tierra a los campesinos sin ella y a aquellos cuya parcela es
insuficiente; establecimiento de programas especiales de desarrollo con enfoque
territorial en los más necesitados; creación de planes nacionales rurales en
educación, salud, vías, riego, agua potable y vivienda; y búsqueda de la
seguridad alimentaria.
Esos pilares se desglosan en
subtemas, cuyo contenido completo sigue estando en reserva, debido a otra de
las normas de funcionamiento de la mesa de diálogo, según la cual un punto ya
acordado puede ser revisado y cambiado en cualquier momento. Algunos de esos
subpuntos hechos públicos son los siguientes:
1. Acceso y uso de tierras improductivas.
2. Formalización progresiva,
con sujeción al ordenamiento constitucional y legal, de todos los predios que
ocupan o poseen los campesinos.
3. Creación de programas de
desarrollo con enfoque territorial para mejoramiento de la infraestructura, adecuación
de tierras, recuperación de suelos y desarrollo social en salud, agua potable,
educación, vivienda y erradicación de la pobreza.
4. Estímulo a la producción
agropecuaria y a la economía solidaria y cooperativa, brindado para ello
asistencia técnica.
5. Establecimiento de
políticas de subsidios y créditos agropecuarios, generación de ingresos,
mercadeo y formalización laboral.
6. Creación de mecanismos para
solucionar conflictos de uso y de una jurisdicción agraria para la protección
de los derechos de propiedad, con prevalencia del bien común, incluyendo
actualización del respectivo catastro y buscando seguridad jurídica y mejor y
más eficiente información.
7. Restitución a las víctimas
del despojo y del desplazamiento forzado.
8. Delimitación de la frontera
agrícola, protegiendo las áreas de especial interés ambiental.
9. Erradicación del hambre, a
través de un sistema de alimentación y nutrición.
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
Tal como sucedió con el primer
punto, los detalles específicos de la redacción lograda por los delegados del
Gobierno y los de las Farc no se conocen aún. De ellos se irá informando de
manera progresiva desde la próxima semana, pero nunca en su totalidad.
Según el comunicado conjunto
leído hoy en La Habana, el acuerdo en el tema político se erige sobre tres
pilares: Derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en
general, y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la
firma del Acuerdo Final, con acceso a medios de comunicación; mecanismos democráticos
de participación ciudadana; y medidas efectivas para promover mayor
participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores,
incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con
garantías de seguridad.
Algunos de los subpuntos que
desarrollan esos acuerdos amplios son los siguientes:
1. Convocatoria en un evento
nacional a los voceros de partidos y movimientos políticos para integrar una
comisión que defina los lineamientos del estatuto de garantías para los
partidos que se declaren en oposición.
2. Dicha comisión, mediante la
realización de un foro, facilitará la participación de voceros de
organizaciones y movimientos sociales, expertos y académicos para que hagan sus
propuestas sobre el Estatuto de la Oposición.
3. Impulsar una legislación de
garantías y promoción de la participación ciudadana democrática y de otras
actividades que puedan realizar las organizaciones sociales. De estas,
incluyendo los que surjan de la firma del presente Acuerdo, se espera que
ejerzan sus derechos y cumplan los deberes de participación ciudadana.
4. Dar garantías para
canalizar las demandas ciudadanas, incluyendo para la movilización, la protesta
y la convivencia pacífica.
5. Abrir espacios adicionales
para que las fuerzas políticas, las organizaciones y movimientos sociales y las
comunidades en general, en especial aquellas que trabajan en la construcción de
la paz, puedan dar a conocer sus propuestas y proyectos en medios
institucionales y regionales. Dar un fortalecimiento especial a los medios
comunitarios.
6. Establecer medidas para
garantizar y promover una cultura de reconciliación, convivencia, tolerancia y
no estigmatización, lo que implica un lenguaje y comportamiento de respeto por
las ideas, tanto de los opositores políticos como de las organizaciones
sociales y de derechos humanos. Para ello se prevé el establecimiento de
Consejos para la Reconciliación y la Convivencia.
7. Establecer un plan de apoyo
a la promoción de veedurías ciudadanas y observatorios de transparencia. Mayor
control por parte de los ciudadanos de la administración y la gestión pública.
8. Revisión integral del
sistema de planeación participativa, para asegurar la efectividad de la
participación ciudadana en la construcción y el seguimiento a los planes de
desarrollo.
9. Medidas para fortalecer los
consejos territoriales de planeación.
10. Cambios institucionales
para facilitar la constitución de partidos políticos y el tránsito de
organizaciones y movimientos sociales con vocación política para su
constitución como partidos o movimiento políticos.
11. Condiciones especiales
para nuevos movimientos, en una fase de transición, para asegurar el necesario
pluralismo político en la construcción de la paz.
12. Medidas para asegurar la
transparencia en los procesos electorales, en especial en las zonas de mayor
riesgo de fraude, y la promoción de la participación electoral de los
ciudadanos, principalmente los que habitan en las regiones de más difícil
acceso.
13. Creación de una Misión de
Expertos para hacer una revisión integral de la organización y el régimen
electoral.
14. Creación de
Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz, para promover la integración
territorial y la inclusión política de zonas especialmente afectadas por el
conflicto y el abandono, de manera que durante un periodo de transición estas
poblaciones tengan una representación especial de sus intereses en la Cámara de
Representantes.
15. Sistema integral de
seguridad para el ejercicio de la política, que se concibe en un marco de
garantías de derechos, deberes y libertades y busca asegurar la protección de
quienes ejercen la política sobre la base el respeto por la vida y la libertad
de pensamiento y de opinión.
16. Todo lo referente al punto
de participación política, incluyendo su implementación, se llevara a cabo
tomando en cuenta un enfoque de género y asegurando la participación de la
mujer.
LA AGENDA PENDIENTE
Según el plan acordado hace
más de quince meses, al final de la etapa exploratoria, quedan cuatro puntos
por negociar entre el Gobierno y las Farc.
El próximo 18 de noviembre las
partes empezarán a hablar de narcotráfico, según anunció hoy el jefe negociador
del Gobierno, Humberto de la Calle. Se trata del capítulo denominado 'Solución
al problema de la drogas ilícitas' y que en el acuerdo básico está contemplado
como el punto cuatro, pero que será adelantado como el tercero en discusión.
Este próximo capítulo incluye
tres asuntos específicos, que son los siguientes:
1. Programas de sustitución de
cultivos de uso ilícito.
2. Programas de prevención del
consumo y salud pública.
3. Solución del fenómeno de
producción y comercialización de narcóticos.
Si las partes avanzan en estos
apartados y llegan a un tercer acuerdo en la agenda, tendrán que abordar luego
los restantes tres capítulos, titulados: 'Fin del conflicto', sobre el cual hoy
de la Calle dijo que será la oportunidad de establecer cómo llegarían al
Congreso de la República los representantes de las Farc, una vez hagan dejación
de las armas; 'Víctimas' e 'Implementación, verificación y refrendación' del
acuerdo.
lunes, 21 de octubre de 2013
Conversatorio sobre el proceso de Paz qque se realiza en la Habana
Foto archivo |
Bucaramanga.- Un grupo de organizaciones civiles entre las que se encuentran La Corporación Compromiso, Planeta Paz, La Fundación Ideas para la Paz y Consejería en Proyectos convocaron para este martes un conversatorio.
El encuentro que deliberá
en Bucarica UIS, tendrá como misión analizar
el proceso de paz que se adelanta en la
Habana, Cuba. La convocatoria dice
textualmente:
Bucaramanga, martes 22 de
octubre de 2013.
Lugar: salón Hormiga de la UIS
Bucarica
Horario: 8 a.m. – 4:30 p.m.
Informes: Jorge Castellanos de
Compromiso
Celular:
3182705447
Hace un año que el Gobierno
colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del
Pueblo [FARC-EP], manifestaron su decisión de avanzar en el “Acuerdo General
para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y
duradera”, cuyo escenario principal de conversaciones es La Habana – Cuba.
Hasta el momento, la evidencia
es clara: la Mesa se mantiene, muy a pesar de quienes desde distintas orillas
negaron o pusieron en duda la disposición de las partes o supusieron que la
pesada herencia del gobierno anterior iba a aplastar el desarrollo del Acuerdo.
OBJETIVO: llevar a cabo una
jornada de conversación con líderes sociales, académicos, funcionarios públicos
y dirigentes de organizaciones no gubernamentales sobre el estado actual del
Acuerdo y sus implicaciones en el inmediato futuro para la vida política
nacional y regional.
TEMAS A TRATAR
Habría al menos tres formas de
abordar los avances a la fecha: la persistencia en sostener la Mesa para el
Acuerdo, lo alcanzado desde la perspectiva inicial de los dos actores, y las
oportunidades para la sociedad colombiana.
La conversación versaría
entonces sobre los siguientes temas, sin que excluya otros:
• Apreciaciones sobre el proceso de negociación del
acuerdo gobierno - guerrilla (FARC): implicaciones políticas, jurídicas y
sociales.
• Apreciación sobre el eventual proceso con el ELN.
• Implicaciones de la firma de los Acuerdos para la
región: políticas, sociales, organizativas.
• Posiciones de las organizaciones sociales y políticas
locales
METODOLOGÍA
Los temas se abordarán a
partir de conversaciones provocadoras presentadas por Juan Carlos Palou,
abogado de la Fundación Ideas para la Paz; Mónica Roa, abogada de Consejería en
Proyectos, y Carlos Salgado, economista de Planeta Paz.
Los dos primeros temas se
tratarán en la mañana y los dos siguientes en la tarde.
Los invitados aportarán sus
reflexiones y aportes a cada uno de los temas.
Se tomará registro de los
documentos y relatoría de las intervenciones para su sistematización y
conclusiones, en perspectivas de propuesta y recomendaciones.
Se entregarán documentos sobre
los temas a tratar.
Si quienes participen en la
reunión están de acuerdo, las conclusiones se enviarán a la Mesa de La Habana.
La organización del evento
ofrece el almuerzo a los participantes. Igualmente a los invitados de fuera de
Bucaramanga cubrirá gastos de trasportes terrestres.
Se agradece la confirmación de
asistencia a los teléfonos de COMPROMISO: 6434133 – 6433901
O al celular: 3182705447 jorge
castellanos p.
Atentamente,
CARLOS SALGADO ARAMÉNDEZ JORGE
CASTELLANOS PULIDO
PLANETA PAZ CORPORACIÓN
COMPROMISO
RAFAEL
TÉLLEZ SÁNCHEZ
MESA
UNIVERSITARIA DE PAZ UIS
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 5:43 0 comentarios
Etiquetas: Bucaramanga, Conversatorio, Cuba, Habana, Paz, Proceso
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