Miguel Ángel Pascuas Cofundador de las Farc |
Bogotá, 12 nov (PL) El líder guerrillero Miguel Angel Pascuas, uno de los fundadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), manifestó que en las actuales negociaciones de paz no pueden cometerse los mismos errores que en el Cagúan (1998-2002).
Con lo del Caguán nos
confiamos, dijo en entrevista concedida al sitio digital Rebelión, y cuando las
conversaciones se rompieron el enemigo, que se había preparado para la guerra,
embistió con mucha fuerza.
Es cuando llega el llamado
Plan Colombia, recordó, dirigido y armado por los gringos bajo el pretexto de
la guerra contra el narcotráfico, pero era en realidad para acabar con
nosotros, puntualizó.
Tras afirmar que luchará por
la toma del poder hasta donde la salud y la vida se lo permitan, subrayó:
Quisiéramos que fuera por la vía política y por eso hemos insistido en los
diálogos con el gobierno.
Ojalá pudiéramos conformar un
partido político sin que nos maten, como hicieron con el Partido de la Unión
Patriótica, abundó rememorando el genocidio en el que "fueron masacrados
unos cinco mil compañeros".
Conozco bien al enemigo y a su
amo, los Estados Unidos, enfatizó. Ellos solo quieren nuestra rendición de
rodillas, pero no la van a lograr, dijo.
Estamos aquí para negociar
otra Colombia para las mayorías, no para rendirnos ni vendernos. Téngalo por
seguro que no lo lograrán, refrendó.
Ojalá que ahora el gobierno
sea sincero con sus intenciones, deseó, y podamos lograr acuerdos que nos
pongan en el camino de un diálogo por la paz con justicia social.
Con 72 años de edad, Pascuas
dirige desde hace dos décadas y media el VI Frente de las FAR-EP. Ante una
pregunta del periodista, confiesa no sentir el más mínimo temor al saberse uno
de los hombres más perseguidos de la guerrilla.
Me siento muy bien. No tengo
miedo, porque ya estoy acostumbrado. A veces la salud molesta por culpa de los
años, pero para dirigir no tengo problema. En varias ocasiones me ha tocado
permanecer escondido por días, teniendo al ejército muy cerca, buscando cómo
salir del cerco con mi tropa, narra.
Una semana antes de salir para
La Habana, y continuar viaje para Oslo, Noruega, donde se instalaría
oficialmente la mesa de diálogo (el 18 de octubre último), el ejército me
tendió un cerco para tratar de capturarme o matarme, relata.
Fue en la zona donde yo debía
encontrar a los representantes de Cuba y de la Cruz Roja Internacional que me
trasladarían. Cuando el helicóptero fue llegando con ellos tuvimos todas las
precauciones, pues el ejército podía volver a plagiar los signos de la Cruz
Roja, como lo hizo para rescatar a Ingrid Betancourt, aunque eso está
considerado como un crimen de guerra, precisa.
Imagínese, añade, que para
salir de Colombia hacia Cuba, y después ir a Oslo a inaugurar las conversaciones,
el gobierno le pidió a la Interpol retirar las órdenes de captura internacional
que pesan sobre varios de nosotros.
Al volver de Oslo el gobierno
volvió a pedir nuestra captura: tan solo en Cuba y Noruega no son efectivas.
¿Eso es lógico?, ¿eso es honesto ante los países garantes de este proceso?, se
preguntó.
Pascuas afirma que cuando
escucha que los tratan de terroristas no le produce nada porque sabe que las
FARC-EP están luchando por una causa justa.
Tenemos una parte importante
de la población de nuestro lado, sin ser combatientes. Es imposible avanzar en
la guerra revolucionaria sin el trabajo político con la población, sin el
dominio del terreno, postula.
lac/ag